
Utilizar el irrigador dental para limpiar los dientes es bueno, de hecho, muchos dentistas lo recomiendan. Sin embargo, sí que es cierto que su abuso puede acarrear graves problemas, y por ello hay contraindicaciones a tener en cuenta.
¿Qué contraindicaciones tiene el uso del irrigador dental?
Antes de nada, debes comprender que “contraindicaciones” quiere decir situaciones en las que no se recomienda el uso de del irrigador. Esto no quiere decir que su uso esté vetado, son solo situaciones en las que tendrás que tener especial cuidado.

Las situaciones en las que usar un irrigador dental puede suponer problemas son:
- Heridas en la boca: Si tienes llagas o acabas de someterte a una operación, como puede ser la extracción de una muela, nunca debes usar un irrigador. El chorro no solo resultará molesto, sino que además podría entrar en contacto con la herida, abriéndola y alargando el tiempo de cicatrización.
- Enfermedad periodontal avanzada: En estas situaciones, las encías son muy sensibles, y el entrar en contacto con un chorro de agua a presión no hará más que hacerte sentir más dolor.
- Infección dental activa: Si sufres de alguna infección, espera a que los medicamentos hagan efecto antes de volver a usar el irrigador, o el dolor te resultará insoportable cuando el chorro entre en contacto con la raíz del diente.
- Implantes: Algunos dentistas recomiendan usar el irrigador para limpiar el diminuto espacio que queda entre la corona y el diente, o para puentes e implantes. Sí, puedes hacerlo si utilizas el nivel de presión más bajo. Pero, ¿si usas el más potente? Puede debilitar el cemento y despegar el diente.
En pocas palabras, no se trata de que el irrigador dental tenga desventajas, sino más bien que tengas en cuenta tu situación personal, y valores si puedes usar o no el irrigador.
Para evitar problemas, antes de comprar un irrigador habla con tu dentista, para que realice un diagnóstico completo de tu boca y te explique como proceder.